El refrigerante es uno de esos fluidos del coche que no debemos descuidar, pues si se agota o degrada traerá consecuencias irreversibles al motor, cuya reparación será costosa.
Una de las características de los refrigerantes es su color, que puede ser verde o rojo, para, en caso de que el coche lo esté perdiendo, podamos distinguirlo de cualquier otro líquido. La cantidad de refrigerante en el depósito debe ubicarse entre los niveles de mínimo y máximo; preferiblemente más cercano a la línea de máximo nivel o un poco más arriba de esta.
¿Cómo cambiar el líquido refrigerante?
El líquido refrigerante del coche es un químico cuya base es el etilenglicol, su función es la de regular la temperatura del motor y darle al vehículo un rango térmico amplio que se ubica, aproximadamente, entre menos 30º C hasta los 140º C.
Su circulación en el sistema interno del motor permite que este funcione a una temperatura constante e inalterable, siendo alrededor de 90º C la temperatura óptima.
- Lo primero que debes hacer es asegurarte de colocar debajo del motor un recipiente suficientemente grande (ancho) donde caiga el refrigerante que va a salir del coche.
- Cuando vayas a cambiar el líquido refrigerante del coche, afloja la tapa del depósito, ubica el radiador que está en la parte delantera del motor del coche, identifica en la parte más baja de este la manguera que lo alimenta de refrigerante, retira la abrazadera que une la manguera con el tubo del radiador para que drene todo el líquido del depósito y en el interior del motor.
- Debes tener cuidado al momento de retirar la abrazadera y la manguera quede suelta pues el refrigerante fluirá a borbotones.
- Una vez que haya salido todo el líquido refrigerante, coloca nuevamente la manguera en su lugar y aprieta bien la abrazadera. Por lo general es más fácil aflojar la abrazadera que volver a apretarla, así que debes tener la herramienta adecuada para que quede bien colocada y evitar fugas de refrigerante en la unión entre el radiador y la manguera.
- Cuando esté bien fijada la manguera procede a verter el refrigerante nuevo en el depósito directamente.
El sistema de refrigeración de los coches se llena con aproximadamente 3 litros de refrigerante, que, por lo general se compra en envases de un galón; un galón de refrigerante tiene un poco más de 3,7 litros.
Debes llenar el depósito del refrigerante un poco más arriba de la marca del nivel superior; cuando esté lleno, enciende el motor del coche para que el sistema se caliente y el refrigerante circule por las mangueras; este circuito hará que baje un poco el nivel del refrigerante en el depósito, debes compensar esa cantidad.
Cuando el motor se caliente por completo, el depósito quedará prácticamente vacío, pues el refrigerante está todo en el sistema, así que debes completarlo nuevamente.
Haz un recorrido con el vehículo, verifica nuevamente el nivel del refrigerante para estar seguro de que está en el nivel adecuado, y, si después del recorrido de unos quince minutos, notas que el nivel del refrigerante en el depósito se mantiene, está lista la tarea de cambiar el refrigerante del coche.
¿Cuándo cambiar el refrigerante?
El líquido refrigerante pierde sus propiedades con el paso del tiempo y el uso, así que se minimiza su capacidad de regular la temperatura y el motor puede sobrecalentarse.
Cambiar el líquido refrigerante del coche debe hacerse cuando este no tenga el color original (verde o rojo), sino que presente un color café, marrón u otra coloración. Por lo general, debe hacerse cada año para estar asegurarnos de que el motor mantiene su temperatura adecuada.
Las funciones del líquido refrigerante son absorber el calor del motor para impedir el sobrecalentamiento, mantener lubricadas y protegidas las piezas del sistema de refrigeración, especialmente de la oxidación, mediante sus propiedades anticorrosivas.
Durante el invierno, el líquido refrigerante evita la solidificación de los líquidos del coche, impidiendo que se congelen, y en verano, enfría el motor del coche y evita que los líquidos lleguen al punto de ebullición.